DETRÁS DEL SOL
Pienso o no pienso
tal vez el pensamiento de otro
anida en los radares de mi cerebro
que semeja un árbol cálido
desnudando sus hojas
para que el mundo transite
y sienta la vida en medio de la muerte.
Inicia la pandemia
una pandemia de hombres afanados
que no dan chance a Dios
ni reposan sus afanes
en algún poema
fabricado para él.
Al odio no lo mató la enfermedad
ni el enojo por la traición
ni dejamos nuestro destino
a esa deriva que se llama tiempo.
Hoy veo correr con más afán al mundo
la gente pelea por los mismos colores de bandera
y se siente enojo por las alegrías ajenas.
El hombre no cambiará con las pruebas
ni siquiera si le llegaran a casa
pues olvidará en medio del vino rojo
el fragor hediondo que se cierne
sobre las nubes pasajeras
con aires cálidos y espumas blancas.
Detrás del sol siento una nueva luz
ella es la que lo ilumina
enciende las brasas de la conciencia
en una estrella fugaz
que se desprende después de todo.
Es ahí en ese lugar
en donde comienza la vida
y caen almas nuevas
a vivir otras alegrías
en espejos viejos y faldas grandes
donde se vuelve a tostar el maíz
y el trigo se sopla
con el aire que pasa...
Una generación nueva
sin los vicios que aquejan a la humanidad
una tierra sembrada de esperanza
sin viejas mañas pero sí otras usanzas
de versos y poesía enredados en la boca
y manos que alegren las mañanas
con las flautas y las dulzainas.
Detrás del sol vive una estrella
la estrella fugaz que me llama
y hace huracanar los vientos
cada vez que pasa...
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, 27 10 20
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