LA SERPIENTE DE BARRO
Mueren lentamente
las hojas del árbol
y la lluvia resucita
a los brotes ocultos
que caerán mañana.
Roncó el cielo...
La tierra nos sacudió
porque estábamos ausentes
de nuestra misión.
Nos miramos de reojo
nos perdonamos de a poco
sabemos que una serpiente ondea
espesa de barro
entre rocas gigantes.
Se prepara la siembra
pero no hay semillas puras
el hombre ha manoseado la cimiente
y dañado a la niña.
Mueren las sonrisas
se doblan las rodillas
cual garza blanca
que espera ansiosa
el amor de su amante.
Algo se mueve despacio...
Despacio...
Serán ruinas los palacios
los ricos conocerán la pobreza
y los pobres se animarán
a secar los diamantes
que escurren por sus rostros.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, 23 08 18
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