MIS PAVOS REALES
Alguien me regaló dos pavos reales,
un cariño especial nos unió;
veía una imagen extraña en sus ojos
y por ellos sentí devoción.
Se fueron otro día a cantar al valle
pero siempre estaban en mi corazón.
¿Cuánto tiempo faltará para ver sus plumas?
Ya pintaban de verde esperanza
y fuerte latía este diapasón.
Otro día, entre la perversidad del hombre
y la tranquilidad del bien servido,
mis hermosos pavos encontraron otro dueño
unas manos feas se robaron mis tesoros
y un vacío inmenso quedó en su lugar.
¿En dónde estarán mis divinos?
Eran joyas cual esmeraldas,
brillantes estrellas iluminando mi cielo
si una tarde el sol espejeara
con pasión entre sus alas.
Todo es irreal, todo se va;
la ilusión, el sueño, hasta la realidad.
Más una llama queda encendida en mi palacio
donde sus pupilas dulces
recorrerán prados extraños
y otros ojos les admirarán.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, 03 02 19
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