SALES DE
MAR
Sopla el
viento sones marineros,
Y entre
la bandada de golondrinas,
Adivino
tu azul perlado y tus ojos divinos.
Después
de ahí no te veo más,
Eres un
punto donde inicia otra línea en otro lugar.
Al atardecer
te veo de nuevo pasar…
Llevas la
tristeza del anciano,
El afán
del joven
Y la
inquietud del niño.
Luego en
ese momento del sol
Cuando son
más intensos sus colores,
Te veo
brillar cerca de mí
En el
árbol que me invento con tu nombre
Para
escribir en sus hojas
Lo mucho
que te quiero,
¡Y lo
tanto que te extraño!...
Raquel
Rueda Bohórquez
09 03 18
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