PARA VARIAR
Para variar, si estás frente a mí,
si la pupila no puede negar lo que guarda el corazón.
¡Para variar sí!, ¿qué guardas para mí,
que no sea una espada
o un beso fingido?
¿Qué me dices ahora que estamos solos?
Una pared en blanco es la tarde limpia y serena,
con un tanto de lluvia fresca
y el sol imaginando un poema.
¿Qué tienes para mí, ahora que estoy desnuda?
No es mi carne
desvestida, es mi alma, así, pura de alondra,
es mi alma de vencejo, de mirlo en su nido
esperando las alas dulces de la madre.
¿Qué tienes para mí?
Algo ha llegado desde una distancia enorme,
y sé que ahora estoy en otro cuerpo,
que ves otra imagen aunque siempre te presentes
con el mismo corazón que amo.
Para variar, ¿puedes decir lo que por mí sientes?
¡Todos dijeron que no me amabas!...
¡Pero sentía tu corazón saltar junto al mío,
y temblaba tu piel cuando nos tocábamos!
Ahora el tiempo pasó y no te borro de mí,
eres como una peca en mi piel, permaneces…
Eres el río profundo en donde navegas,
y en medio de él, soy un náufrago que espera
el amor que en ti soñé, pero que jamás fue mío!
Era de las mariposas en la rivera…
Raquel Rueda Bohórquez
18 11 17
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