Alberta
MI GATA BLANCA
Algo mágico tiene tu mirada,
se vuelve oro y plata,
transforma el entorno en paz,
y mis inquietudes en alegrías.
Tú mirada es plena,
rodeada de hilos de seda,
tan blancos como la cabellera de mi madre,
y a veces, en medio de mis locuras,
pienso que estás en ellos y me proteges
de esas malas auras que no faltan.
Tus ojos dulce cariño mío,
son un recuerdo a los cafés de la tarde
y al aroma inconfundible de ti,
a los rosarios cantados,
a mis enojos abrazados;
a mis sueños truncados que tú hacías reales
entre la poesía de tu presencia
y la añoranza de tu recuerdo.
Te amo madre...
mi madre gata blanca.
Raquel Rueda Bohórquez
24 11 17
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