domingo, 5 de noviembre de 2017

LADRONES DE SUEÑOS

LADRONES DE SUEÑOS

Dame un sueño Señor que se cumpla, ¡pobre ignorante soy!, la vida es el sueño mayor, y la muerte es la verdad que nos hace bajar el rostro y arrodillarnos. 

A veces contar las ideas llena los bolsillos de otros, el plagio existe desde que estamos en el universo, un ave plagia el canto de otra, los pájaros burlones o sea los mirlos roban "sin querer queriendo", trinos de otras aves, porque desean conquistar el amor, pero el hombre sólo desea dinero, y en esta carrera no le importa pasar por encima de los ideales ajenos, pero hay pequeñas ideas que toca llevarlas a la práctica si nadie se pone las pilas, imagino que hay un paso a seguir, un protocolo, eso no lo podemos obviar ni olvidar, pues nos convertiríamos en ladrones.

Y si, esta imagen no es mía, estaba en imágenes que se pueden compartir, ¿seguí mi conducto regular? ¡Tan santa y me lo creo! Todos sin excepción tenemos algo de corrupción, lo que pasa es que lo disimulamos muy bien, no queremos que otro comparta nuestras imágenes, pero sí compartimos como nuestras, todas las que se nos antoje, incluyendo pensamientos de poetas famosos, no debemos olvidar que tenemos que iniciar por cambiar desde aquí... o sea Yo...

Si algo nos sale parecido a lo que otro dijo en el siglo pasado, o en la edad de las cavernas, ¿esto es plagio?, se entiende que en poesía el plagio es robar la idea, el pensamiento original, porque a veces todos tendemos a pensar en lo mismo y lo expresamos de diferente manera, de alguna forma, algo dentro de todos los humanos funciona parecido, tenemos hambre, sed, angustia, tristeza, piedad, odio, rabia, igual que los animales, con la única diferencia de que en nuestra pequeñez no lo comprendemos.

Tenemos la costumbre de gritar las ideas antes de registrarlas, pero muchos están por ahí a la caza de sueños, y se los roban sin piedad, los publican, llevan la idea a la práctica, y la ventilan como propia a sabiendas de que algo se perdió en el camino por confianza, ese fulano llenó la letra en blanco por muchos millones, y era mi mejor amigo, ¡quién lo creyera!, hasta el hogar del ave fue saqueada en la noche.

No podemos confiar en el otro, porque hay demasiados “otros” que viven de los demás, éstos zánganos y parásitos son igual que las garrapatas en los perros, hasta que no acaban con ellos no se caen, infladas y gordas se esconden en cualquier rincón oscuro y se multiplican, son una peste que en algún momento nos ha tocado lidiar, pero la lidia no acaba con la garrapata, sino con el perro, y el “vivo”, como se hacen llamar en Colombia los aprovechados, seguro que ríe y no siente remordimientos por lo que hace, porque nació para ello, tal es su sino: dañar la sonrisa del otro. 


Raquel Rueda Bohórquez 
05 11 17

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