lunes, 23 de octubre de 2017

CERRÉ LOS OJOS

CERRÉ LOS OJOS

Cerré los ojos y cerraste los tuyos;
no plagié la música de mi hijo, ni su hermoso poema;
todo fue meciendo, eras la cuna para mis ansias
y fui el afiche pintado en la pared para tus risas.

Ideé un sueño tras otro y me vi a tu lado,
pero el destino había marcado todo, antes de mis ideales
y no me ajusté a sus designios,
por tal razón, no aprecio la sencillez de lo que ahora está a mi lado,
cuando las vampiresas se han alejado,
y las mariposas perdieron sus alas.

¡Cómo es la vida!, hay un punto en el camino,
en donde todos somos mariposas,
pero también en otro punto
somos gusanos sin la posibilidad de nuevas alas.

Cerré los ojos,
una mirada más profunda me llevó al risco
mis patas se aferraron de las heridas de las rocas.

¿Cuándo resbalé?, muchas veces lo soñé,
pero una y otra vez el resbalón
fue un iniciar a trepar la montaña y llegar a la cima
que cada vez estaba más arriba de mis propios afanes.

Cerré los ojos y juntos llegamos al cielo,
¿en qué momento sucedió?
Todo es fortuito, hasta nacer,
porque la suerte no está reservada para todos
aunque el amor tenga una cuna para recibirnos.

Desperté y la realidad es más dura que los sueños,
pero no deseo morir aunque la vida duela,
hay momentos de felicidad efímeros,
como ver a un ave cantar y querer ser ella,
estar en su corazón pequeño sin pensar en más
que el jolgorio escondido entre las hojas,
y el campanario que suena con furor
ante su divina presencia.

Cierro los ojos...

Raquel Rueda Bohórquez
23 10 17

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