Septiembre asoma entre la lluvia
y te veo, moreno y cálido,
con tu cabellera blanca
arropando tu montaña.
Beso a través de la pantalla tu boca,
cierro los ojos y estoy a tu lado.
Se ha mojado mi pequeño mundo
y el corazón parece de venado,
que halla en la espesura el amor
y lo embiste con fervor.
Cae la lluvia y te amo,
nada ha cambiado desde ayer.
Recuerdo la voz del manantial
y a su dulce melancolía me acojo
cual gorrión que anuncia la mañana
entre campos blancos de algodón,
que a la distancia semejan mariposas pálidas
buscando la miel ausente,
en medio de tanta abundancia.
¿Ves que la lluvia aclara todo?
Me veo, y el chirrió canta en este momento;
todo es viento cálido y frío,
y entre las hojas de un árbol
el aire pasa con su oración, y bailan.
Continúan las ilusiones moviendo el mundo,
trae la voz del músico y el silencio me atrapa,
me entretengo en pequeñas liviandades,
en tanto espero tu amor cual mágico tocado
de flores blancas cerca del mar
entre grises rocas, todas mojadas,
entregando el aroma al sol que las acaricia,
y en medio de ese raro sonar de mariposas,
me cuelo para tocarte…
Raquel Rueda Bohórquez
01 09 17
No hay comentarios:
Publicar un comentario