AGOSTO 302017 (1)
¡Qué difícil es enamorarse de quien siempre está mirando
mariposas!, y en esto se acabó la tarde, me enamoro de quien no debo, de quien
no corresponde, no besa, no abraza; igual las ganas se fueron hace rato. Espero
que en la próxima vida, encuentre a esa persona que ame lo que amo, que le
gusten los paseos al aire libre, las caminatas, ir al campo y tomarse un
momento para dar un buen beso y entregar una caricia sin pensar tanto en los
demás.
¡Qué difícil ha sido todo este tiempo!, pero aguanto,
llegará el momento en que la potranca frene o se desbarranque, pero lo cierto
es que la vaina ha sido jodida, y que no se lo cuenten a la vieja Hipocrasia si
no riega el cuento por todo el orbe.
Ahora es hoy, ¡qué vaina complicada!, escucho a John Lennon,
quien soñaba lo mismo que la mayoría, un mundo blanco para reescribir nuestra
historia de amor, y en esto una amiga me escribe algo hermoso, y para no
creerme mucho, no es la única; alguien me compara con grandes escritores, tal
vez por decir algo, o porque realmente les nace del corazón; lo cierto, es que
estoy contenta, aunque ni un solo editor se ha fijado en mi obra, y no es
alarde decir que uno que otro me ha escrito, pero la idea es que ellos publican
no como antes, tenemos además de la obra, invertir mucho dinero y para esto
tengo chuecas las pantorrillas, porque escasamente me puedo sostener con lo que
va quedando.
Comparada con Gabo, con Juana Ibarborou, y otros que no
recuerdo, me hacen sentir un tanto triste, porque si en verdad hay talento,
¿por qué razón nadie se ha fijado seriamente en mi trabajo?, me da miedo enviar
mi obra a otros lugares por los vicios que conocemos, pero aquí va quedando
mientras tanto, no sé mañana qué pueda ocurrir, pues el optimismo sería lo
último que perdería. Aquí lo que hay son ganas, estos días no escribo en forma
porque estoy dedicada a registrar y organizar mi obra que se lleva mucho tiempo
y trabajo, y en esto ya llevo 3 años, espero en 2 años más haber terminado de
organizar todo, aunque al final enredé un tanto las cosas, ya la mente no está
tan fresca, tenemos olvidos, enojos, melancolías propias de la edad, pero hasta
que Dios me de aliento en las manos, estaré aquí, escribiendo directamente,
pues no quiero gastar más hojas que luego arrumarán y lanzarán a la basura.
La mañana transcurre, pienso en mi sobrino Anderson, en su
preciosa figura, en su rostro bello, y luego en lo que ha quedado de su
escultura bella; siento una espina muy dentro del alma, algo que no puedo
explicar, porque en cada hueso vi una herida que otros no vieron, y los sueños
se apagaron, la vida en un soplo se fue y el dolor no termina, aunque todos
dicten frases para superar esto, es difícil, y pienso en los padres, mi cuñada
y mi querido hermano, y en las historias que han tocado a cada familia, para
pensar que la vida nos enseña a los tortazos a ser humildes, a ser agradecidos
y a saber mantener siempre el rostro en alto, como él lo hacía, sin jamás
desfallecer en sus ideales, aunque ese depredador estuviera ahí en su esquina,
para cambiar su ruta.
Diluvina saca el diablo y el vendedor de frutas adorna el
espacio con su alegría, ¡ojalá que su camino continúe así!, ¡ojalá que no
aparezcan las nubes grises, pero si aparecen, que se disuelvan en el aguacero
que viene!...
Raquel Rueda Bohórquez
30 08 17
No hay comentarios:
Publicar un comentario