Las urracas hablan hacia adentro
Si la tarde tiene un ropaje gris
Y el negro de sus alas
Pinta estrellas
Que se quedan en la mirada.
Ahí estaba,
El árbol hacía una victoria
Y sus patitas se aferraban
Cual bebé al pecho de la madre.
PAJAREANDO (24)
Posada en la victoria de sus alas
Observando embelesada
De qué manera el bosque
A una conversación interior
Le obligaba, decía la Urraca
Que para sus adentros
La charla era oportuna
Y a nadie molestaba.
Vio al golero
El más pordiosero,
Y no por ello
Más infeliz.
El faisán perdió de trovador
Más de sus plumas hace gala
Como el mejor vestido
Para enamorar
A tan sencilla dama.
El toche, /pensó la urraca,
Es de los artesanos el mejor,
Ya que entre idas y venidas
Teje su nido con tanto amor,
Como el aire al besar el trigo
Para secarlo junto al sol.
El cóndor parece el rey,
¡Pero para mí que no lo es!
Desde arriba todo lo ve fácil
Y lo fácil se desvanece pronto,
Si la huella de sus alas al pasar
Rondan al cervato que va a cazar.
En el ocaso,
La perdiz es la dueña de la pradera
Que corre veloz y ligera,
Para ser como el maizal
Arropada en su vergel.
Ninguno es el mejor,
Ya que si el pato es buen nadador,
El peregrino está sobrado en cazador.
El mirlo con sus cantos,
¡Qué fácil me embelesó!
Como a la novia solitaria
El trino en su ventana
De un hermoso ruiseñor.
Raquel Rueda Bohórquez
17 9 16
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