MI HERMANO Y YO (2)
Cuando él nació, yo tenía 11 años...
¿Tantos cagones en la casa y otro más?
Pero era un acontecimiento casi anual,
¡Pobre de mi madre!
/era su última canita con papá.
Ella lo veía igual a todos, era su bebé.
Empezó a crecer, gordito, hermoso...
Sus manitos, mi madre mucho observaba,
Una línea, decía... ¿qué será?
¡Miren, vengan todos, sus piecitos a detallar!
El doctor me anunció que él era mongólico;
¿Qué cosa será? /preguntaba mamita.
Pero Alirio lo sabía y sospechaba que ella también:
-No es nada madrecita, es sólo que es diferente,
Va a ser un niño tan especial que pronto lo sabrás.
Empezó a estudiar,
Pero rápidamente,
En un pueblo donde el atraso mental era mayor,
Fue reprobado por su directora:
¿Qué tal que la bobera se le pegue a los demás?
¡Pero qué verraquera!, /decimos en Santander...
Mi hermanito no pudo estudiar.
Puertas cerradas, piedras lanzadas,
Risas y burlas a su alrededor,
¡Lo volvieron un gran lanzador!
Si les contara que hasta a la cárcel fue a parar.
¡Jajajajaja! nos dimos cuenta,
Que los bobos eran los demás,
Él solamente era diferente,
Y demasiado especial.
Entre anécdotas y risas, la vida transcurrió.
Mi padre lo adoraba, era muy consentidor.
Yo, hasta duro le ando,
Es que es muy cansón,
Me apretuja contra su cuerpo,
Me levanta casi al cielo,
Y dura días y días
Con el mismo pantalón...
Cierto día, en un velorio de un gran amigo y señor,
Lo llevamos bien pinchado, para dicha ocasión.
¿Él es el único que es así?... /preguntó un gran doctor.
¡Noooo!..../ responde él, -hay seis más.
Esto fue un acontecimiento
Que de risa me hizo destemplar
Y en el baño en pleno velorio,
Me tocó un rato aguantar.
Mi hermanito German,
Es la dicha del hogar.
Risas, abrazos,
Gestos de gran militar.
Tiene su corazón de arma,
Para hacernos disfrutar,
Y entender que la vida es sólo un sueño
En sus ojos de cristal.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, junio 16/11
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