MENSAJES CHANTAJE (19)
¿Por qué razón ponemos condiciones a Dios?, Él siempre está,
el día está lleno, está inundado de su amor. El ser más despreciable será
escuchado, y el más pobre será lleno de su bondad.
¿Por qué razón condicionamos el amor de Dios si Él es como
un manantial?
Me acaba de regalar otro milagro, y éste milagro es
despertar, poder escuchar ésta música maravillosa y sentir la vida como una
llama que arde por dentro, desea salir al exterior, quiere brillar si puedo
verte, desea ser resplandor si nos podemos abrazar.
Muchos mensajes chantaje hay en Facebook y la verdad me caen
gordos: “Si crees en lo que Dios te acaba de decir, escribe amén y comparte a
20 personas”, o “Dios es la rama de olivo que acaba de caer a tu ventana”. Si
lo crees escribe amén y comparte, o si eres mi amiga en realidad, debes
escribir amén y compartir en tu muro…
Así nos condiciona el hombre, y ésta vaina sí que aburre,
para Dios somos su obra, siempre inventamos cosas sobre Él, a veces creo que Él
vive en nosotros y nos pide que hablemos, pero en verdad no son nuestros dedos
los que se mueven y no es nuestra boca la que habla, de alguna manera nos
utiliza como nosotros utilizamos al resto de personas, ¿y entonces?, ¿me lo
creo o no?
Para mí, Dios es todo ruido de brisa en medio del paisaje más
verde y es Él en medio del paisaje, el árbol más frondoso como uno solo, siendo
el gajo que contiene todas las flores y todos los aromas que nos circundan.
Es el amor invisible que nos toca y nos respira por dentro y
por fuera, penetra profundo en los pulmones y nos lleva en alas de cóndor en
medio de un sueño corto y manso, bajando por la cuesta, como una gran cola de
caballo blanco para elevarnos luego en el silencio dulce de la bruma.
Dios es el vagabundo en la calle con hambre, son esos ojos
que nos ven con desespero, es el niño feliz tomando teta de la madre que la ve
con ojos de ladronzuelo, y con su media sonrisa nos llena de júbilo y alegría.
Dios es la madre que abraza y el hijo que consuela, el
hermano que ayuda y la vecina que nos regala el favor de su simpatía.
¿Quién es Dios?, cierto día lo preguntaba en mi angustia y
levanté el rostro desde el baño pequeño de mi alcoba, sin ventana, para ver el
cielo cada mañana, un día muy triste, siempre estoy un tanto deprimida por
algo, no soy la más noble pero tampoco me creo la más santa, pero soy demasiado
sensible a lo que ocurre en el mundo y a la gente, ¡en fin!, dialogué con Él,
viendo al sol que cambiaba de colores cada vez que abría los ojos, luego los
cerraba para verlo de nuevo y admirar que no se quemaban las pupilas.
¿En dónde estás?, ¡si me escuchas, si existes, por favor
muéstrate ahora, dime que no eres una mentira!, y en mi arrogancia veía el
árbol del vecino que fue derribado hace poco y en un impulso disparé la cámara
sin ver.
Lo visto luego, llenó mi corazón de esperanza…
¿Cómo puedo ver un ramo de flores en medio de la luz del sol
que se colaba entre las ramas?, me lo creí y me lo creo ahora: Dios es todo lo
que tus ojos ven, y si tienes un espejo frente a ti, seguro lo verás a Él en tu
mirada, porque somos tierra de su tierra, carne de su carne, fuego de su propio
fuego.
Raquel Rueda Bohórquez
19 8 16
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