viernes, 6 de mayo de 2016

MI YO ERMITAÑO (54)



La imagen son dos caracoles a orilla del mar, en el uno habitaba el ermitaño, y en el otro un caracol todavía era dueño del hogar que el ermitaño pensaba, sería suyo; si la suerte de un rincón le ayudaba, pues su casa le estaba quedando pequeña. ¡Era suave la carne, aunque siempre resbalaba!

MI YO ERMITAÑO (54)

Ese día fue la oportunidad que tuve
Para agradecer por mí casa prestada;
Un palacio en dónde me crecía
Cual los sueños del bosque
Y las olas del mar.

 Ahí estaba frente a mí;
La madre o el padre
Que habían donado mi estancia,
Más luego que le vi babeando mi esquina
Y dejando hilos perlados tras de sí,
Un pensamiento cobarde
Llenó mis ojos de viveza:

No es perverso, ¡es más grande!
¡Aquí no pasaré la noche!

Y después de comer de esa carne
Que se me ofrece;
El sol bendecirá de nuevo mi hogar.

Raquel Rueda Bohórquez

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