DAÑAR A OTROS (43)
Siempre habrá un envidioso en el camino, que no acepta los
triunfos ajenos; a esas personas les digo que a veces es mejor callar que herir
sentimientos, se nota cuando hay mala fe.
Si alguien se gana un premio, es porque se lo merece, los
aplausos no son para todos, pero el paisaje sí. ¡Cojan oficio!
Imagino a veces cómo se han de sentir las personas a quienes
dan un premio así sea virtual, es una manera de motivar a la gente, un
incentivo, una pequeña alegría; luego viene
el comentario falso que no ha de faltar por ahí, eso fue lo que leí a un
amigo a quien dieron un segundo puesto en poesía, y el tipo insistía en
preguntar en dónde estaba el poema, y él de nuevo lo colocaba, sin darse cuenta
de la mala intención de quien hacía la pregunta, ya después, que todo resbale,
siempre hay gente que siente celos de otros y aprovechan el descuido para dañar
su pequeña alegría.
Estos días no han sido tan claros, mis hijas denigradas por
una chismosa del barrio. Desde hace muchos años, cuando mi hija se fue a
estudiar a otro país en un intercambio de trabajo y estudio, fue la comidilla
de boca en boca, según doña chisme, se fue a trabajar de prostituta. Veo que
quienes trabajan en esto ganan mucho dinero, quisieran verlas en eso, pero han
sido valientes y trabajadoras, y a pulso se ganan lo que son, otro día las veré
ocupando los mejores puestos porque se lo merecen, les ha tocado sufrir muchos
desengaños y ultrajes, y el sol jamás ha dejado de brillar. En estos días lo
siento muy intenso sobre mi vida, de nuevo son la comidilla y es la misma
brujita mala que no sabe otra cosa que vivir pendiente de dañar a otros, creo
que debería estar en la cárcel, pero siempre digo a mis hijas que es mejor que
resbale todo, el tiempo se encarga de hacer justicia.
Da pena con esas personas, a veces la misma familia se
encarga de hablar mal unos de otros en
vez de apoyar y ayudar, y en medio de éstos amargos, recuerdo que siempre hay
una mujer en medio, ¿será que tenemos más capacidad de maldad?, una mujer nos
grita cosas que tiene guardadas enfrente de todos, y luego sigue como si no
hubiera quebrado un plato; pero la vida es un continuar, mi madre solía decir: tranquila mija, soporte,
sea como una roca, a mí me han tocado muchas espinas y todas han salido
suavemente, porque en el camino la misma vida nos permite ver en qué termina
quien nos daña la reputación y nos jode tanto, han de ser cosas de Dios. Su
vida era movida por la fe, pero no dejaba de llorar, era muy sensible y se
deprimía, su cura eran las hierbas, las aspirinas, y ante todo la oración.
Han salido a sus trabajos, no son hijas que todo lo esperan
de los padres, sino que se ganan un sueldo trabajando y así estudian, no
precisamente en prostitución como quisieran las personas malvadas que por falta
de oficio pasan su tiempo dañando hogares y vidas ajenas, pero luego las
veremos siendo gerentes de algo, o simplemente con sus historias bonitas,
brillando siempre mis estrellas tranquilas y bellas, esos son los reales celos,
sienten envidia de mis flores lindas, porque se ven al espejo y reflejan esa
sombra oscura que las guía, no saben admirar sus propias bellezas y riquezas,
entonces se vuelven personas oscuras y resentidas. ¿A cuántas niñas han dañado
sus rostros simplemente por envidia. y a cuántas han destrozado sus vidas por
lo mismo?
En este momento canta el mirlo, es lindo terminar de
escribir sabiendo que mi madre ha tornado a casa, seguro que estaba de orquídea
en algún balcón y luego se transformó de nuevo para regalarme un abrazo con su
canto.
Raquel Rueda Bohórquez
12 5 16
No hay comentarios:
Publicar un comentario