A ESOS AIRES (31)
A esas cabelleras largas
Que parecen colas de aves
Bailando cumbias y salsas…
A esas niñas de ojos de cieno,
De miradas de fuego entre las zarzas;
De temblorosas manos ortigadas
Que deambulan por las calles…
A esas piernas que reciben de todo,
Que inundan sus bellezas de míseros tesoros.
Que brillan en las noches en cobardes ojos
Y apacientan en sus fuegos sus dolores.
A esos pesos que se fueron
Entre las dádivas de cariños fingidos,
Rones blancos, aguardientes claros,
Cervezas frías que temblaban en sus manos.
A esas niñas que caminan por el aire,
Que deambulan sus encantos;
Que venden las sonrisas y la vida por un beso,
Y las cambian luego por un abrazo…
A esos cuerpos de gacela
Que ondulan sus bellas figuras a esas miradas,
A esos muladares oscuros, a pasadas de manos,
A esos viejos verdes y oscuros,
A esos esposos malcriados…
A esas niñas les dedico mi poema.
Ellas son las rosas negras del jardín de Flórez
Que mueren lentamente
Cual mariposas tristes, sin batir sus alas,
Y sus risas locas de mentiras
Calman al menor ademán de una caricia
Un poco de sus hambres.
A esas jóvenes que dan todo por nada
Las invito a cubrir de versos sus mañanas,
A tejer nidos de calandria entre las ramas
Del árbol que se vence con la vida,
Y nos invita a otra tonada.
Raquel Rueda Bohórquez
19 5 16
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