sábado, 16 de abril de 2016

LA CORONA DE LA PIÑA (33)


LA CORONA DE LA PIÑA (33)

Iré despacio,
No con esa prisa que no permitía un abrazo.

Bajaré o subiré de acuerdo a lo liviano que toque.
De ahora en adelante, será un bajar a peso a pluma,
Danzando con amor en el viento...

Iré sin esa agonía que me hallaba lejos de ti,
Andanza en zapatillas raspadas en arenales calientes,
Detrás del fuego de una mirada,
Que me ardió por dentro
Y me dejó con los ojos tristes al verle partir.

Iré como ahora,
Escuchando ese caerse de las hojas,
Sintiendo su alma retozar cual niña con su vestido nuevo,
Cambiando color, o así, verde intenso sin saber la razón...

Iré a tu casita vieja,
La de todos los tiempos;
La que nos fundó en su roca caliza
Y nos adornó de pálidos encajes en ese crudo invierno.

Iré hasta ti, hacia Él,
Para saber que siempre has estado.

Eres del fruto, esa parte que siempre germinará,
Eres de la piña su corazón,
Que como una corona
Brotará de nuevo
Entre las aguas más dulces de un manantial.

Iré despacio…
Sin las prisas que me hirieron y lastimaron tanto en el ayer,
Contigo de nuevo, corriendo y saltando rocas sin herirnos,
Esperando ver la caída de la cascada,
Escuchando la melodía del mirlo y del toche,
Juntas siempre, sin apresurar nunca más el paso.

Iré despacio ésta vez...

Raquel Rueda Bohórquez
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