SIEMPRE AROMA (4)
Luego que se alejó
En ese silencio de nube pasajera
Cargada de sueños;
En ese, ¡ya no fue más!,
En que languidece todo
Y se queda la vista abierta
Hacia la libertad;
Luego que no me vistes más,
Me di cuenta que seguías aquí,
En el espejo de agua
De mi manantial,
Brotando cada día
Más y más...
Después de ahí,
Terminó mi apego a tantas cosas
Que me mantenían prisionera,
Para vivir cada segundo para recordarte,
Y saber que eras de mi mundo
El amor más pleno,
Y la sonrisa más franca.
Ahora, en que flores rojas
Bordean mi primavera,
Y se vuelve blanca la cabellera;
Y las manos se cansan
Antes de que las tuyas
Hubiesen renegado;
Ahora en que lloramos por todo
Y nos resentimos por nada;
Me doy cuenta
Que eras un roble de cristal,
Un globo que se elevaba
Sin prisas en el otoño
Cual hoja vestida de grandeza,
Y explotaba con visos de colores
Ante la mirada del sol.
Ya es eternidad
Para saber que jamás te has ido;
Que sigues perfumando mi existencia
Por siempre,
¡Por siempre mamá!...
Raquel Rueda Bohórquez
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