martes, 1 de marzo de 2016

HERIDAS (136)

Una imagen, puede ser un bosque sin hojas esperando a la primavera; una montaña mordida por el hombre que señala raíces, pero mi madre morena es sabia, todo lo renueva, lo cambia; y el verde esmeralda, llena el bosque de ojos, de lágrimas del cielo y de aves entonando oraciones a cada día de vida que se nos regala.

HERIDAS (136)

No cabe una herida más en su carne;
Una espada hiere cada segundo
Pero ella, mi madre color trigo
Se renueva, y el bosque muda sus hojas
Para que el amor sea.

Estoy pensando en ti,
Viendo cómo caen las ramas desnudas
Y así me presento ahora;
Porque se me ha donado otra mañana
Y compongo éste madrigal
Con hojas verdes y rosas encendidas.

Se han borrado las heridas
Aunque sus raíces estén al aire.

Será fresco despertar en tu mirada;
Será divino confesar
Que estoy de ti enamorada.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, marzo 1/16


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