lunes, 25 de enero de 2016

MENSAJE EXTRATERRESTRE (10)

MENSAJE EXTRATERRESTRE (10)

RATAS VIVAS EN AGUA HIRVIENDO

Y esa de manera de matar, ¿por qué acaso no me fulminas primero?, fui una rata de experimento, sé lo que se siente estar herido y caminar en círculo; sé lo que es caer profundo en un foso sin salida, y todo me huele a caño, a fétida carne que se pudre, ¿por qué no pueden matar primero, antes de tanta crueldad?, lo acabo de ver con mis ojos, y se abrieron enormes, no podía creer que un infierno le tocó a una criatura más pequeña e indefensa que yo.

Estaba en sus manos, manos de "seres que dicen llamarse humanos", porque no hay piedad, no existe, parecen semillas sin embrión, ¡y chilló su alma como la mía!, escuché sus risas, vi como dan me gusta a la crueldad, a la sangre que corre, y en ese grito desesperado, un alma me tocó con sus lágrimas... era Dios, está muy enojado con la especie humana, está muy triste, ¡tan triste como yo!

Herida y moribunda, así desnudaron su piel esas manos ásperas, ¡y saltaban ante sus ojos!, veían sin ver, porque están ciegos, parecen muertos en vida, no existe piedad en sus corazones, y divulgan esas imágenes, ríen a carcajadas esperando aprobación de otros seres que desean ver y ver más y más, ya nada aterroriza, están secos como una concha sobre el mar, nada les importa porque no pasa corriente por sus carnes, ni sienten el dolor de quien comparte éste planeta con nosotros.

Y vine un momento, estoy de paso, no regresaré a la tierra porque no me agrada que el ser humano esté aquí, todo destruye; si unos intentan hacer algo bien, una horda gigante destruye, y la obra jamás se crece, ¡más sí la iniquidad!

¡Humanos!, ¡humanos nada más!, ¡qué simples son para agradecer a Dios por sus vidas! ¿Qué los incita a matar, pero ante todo, a ejercer crueldad?

No tienen hambre, comen más de lo que necesitan; les gusta el dinero más que disfrutar del paisaje, aman lo mundano, olvidando vivir un día sin dañar; ausentes al dolor ajeno, sin saber que tienen la muerte marcada en la frente.

¡Humanos! ¡Qué triste está Dios!

CAPITÁN SJEILA

Raquel Rueda Bohórquez

25-01-16

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