EL PRESTAMISTA (58)
Mi Señor me presta y nada cobra,
Ni por pintar sus paisajes
Que son obras donadas a mis ojos
Y a los tuyos.
En casa todo parece oscuro,
Pero al abrir la puerta
Su luz hace magia con mi tristeza
Y pone carita feliz a mi rostro.
Camino descalza y nada hiere
Pues una colcha de flores y hojas
Besa mis pies y los entretiene.
Y escucho "Silence," un Cortázar
Inspirado en Beethoven.
Ha donado a un músico su talento
Y él esparce al mundo su obra,
Como el árbol sus hojas a la tierra.
Mi día es amarillo,
Porque Él decidió que sería de oro,
Y en mi mundo pequeño me siento hormiga
Que corre presurosa
Hacia el nicho tibio de tus brazos.
¡Es verdad!
Mi señor es un Prestamista,
El mejor de todos;
Pues hasta la vida le pertenece
Y nos permite correr y cantar,
Reír y llorar, sin nada cobrar.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, enero 4/16
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