HACIA TI (68)
¿Qué tan triste puede ser la soledad?
Quiero suicidarme entre tus brazos,
Abierta a toda luz pequeña que penetre
En medio de la blancura de un aura;
Tocada por el sol naciente.
Muerta estoy en vida...
¿Quién ha matado así mis alegrías?
Sonríele a mis pechos.
Cada herida está hambrienta de tu boca
En ésta embriaguez desnuda que me acosa,
Y en éste palpitar de corazón que me enaltece.
No hay cadena más triste que el desamor
Ni condena más larga no poderte hallar.
Te busqué por tierra y por el ancho mar;
En cada letra de un poema,
En cada verso que no quisiste descifrar.
No deseaste rimar ni un beso conmigo,
Ni un jadeo loco a escondidas
De éste mundo señalador,
Que impone condenas sin razón
Y castigos sin temor.
¡Ay amor mío!
¡Cuántos años te esperé!...
¡No gritarás!
No escucharé ni un gemido.
Pero si regresas,
Y todavía tengo encendida la mirada;
Si vuelves, y tus manos tiemblan en las mías;
¡Sabré que he vuelto a vivir
Y a resucitarte en un poema
De piernas abiertas
Y brazos extendidos!
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, febrero 12/15
No hay comentarios:
Publicar un comentario