Y A TI (43)
¡Pobre
vanidosa
Que ríes y
ríes,
Que hablas y
hablas,
Pero ni una
tonada regresa!
Es como si
la montaña
Hubiese
perdido el eco,
Porque es a
ti a quien deseo
Durmiendo
entre mis brazos,
Ahogando mis
quejas.
A ti que te
sofocas en llanto;
¡Ya ni
morral hay, para cargar tanta pena!
Pero sigues
riendo a orillas del Magdalena,
Ansiando en
verdad el barco que se arrime
Y ancle de
un marinero, su corazón al tuyo.
Cada
cicatriz es una rosa en la carne.
No espina
sino la hiel de tu lengua,
Y entre
mentira y mentira te fuiste.
¡Nada pasa
ahora!, el amor no ha muerto.
¡Pobre
vieja!, ¡es una tonta!
Pero sigue
creyendo en el amor
Pero él,
agoniza en tus negros ojos
Que no
avistan mis ansias,
Ni estos
deseos,
Que ardor
provocan al verles.
Mariposas
nacen en mi ombligo;
Han
encendido una lámpara en mi boca.
Ahora, soy
lengua enrojecida con tu vino,
Que bebe a
sorbos de tu vid,
Que se crece
entre mis dedos.
Raquel Rueda
Bohórquez
Barranquilla,
diciembre 12/15
No hay comentarios:
Publicar un comentario