viernes, 11 de diciembre de 2015

PALABRITAS 111215 (36)

Anderson y Caro 

PALABRITAS 111215 (36)

1
Me debilito de a poco, así están los peces en mi cacerola, así me ablando, así me dejo tocar por ese calor extraño de un amor que es sólo fuego, callado fuego en el interior, que torna en palidez mi carne, blanda, blanda, carne dulce, picante, ¡vainas de mi estufa!, y eso que no me he confesado todavía...

2
Recojo una Dignidad que nada vale, ¿en donde habita esa vieja indecente?, Dignidad es una puta que se arropa de liberada, y le abre las piernas al sol, para que dore todas esas galletas que se vuelven moradas ante una carcajada, ¡pobre vieja!, y todos creían que era poeta, es una Virginia que se para en las esquinas porque con sus pobres nalgas es que llena la barriga de sus hijos, y eso que en ninguna clínica fue operada, para que no pariera más de dos, eso es la pobre vieja Dignidad, una entre miles que tiene un vejigón en la mirada, de tanta pus que ha tenido que ver y recibir, de un mundo cada vez más cruel, más indolente y más infiel.

3
A mí también me gustaría, estoy harta de esa mentira que nos jubila como creyentes, cuando a Dios lo matamos para devorarlo, hacemos mástiles con la vida de un árbol y pregonamos que somos quienes vamos a cambiar éste mundo, ¡mentira!, esto continuará así, por muchos siglos y seremos peores con el paso del tiempo, porque caminaremos como máquinas sin alma por ahí.
Por más navidades y bolitas de colores, por más escritos donde nos seguimos mintiendo, el hombre, tú, yo, nosotros, siempre seguiremos hambrientos, siempre señalaremos a otros y pregonaremos que somos mejores, ¡bah!, y yo con tanta rasquiña, parece que hasta la sarna se me pegó de tanto arder en éste infierno de mentiras, ¡falsos!, eso somos, sin más castigo que nuestra lengua espada, y nadie se lo tome personal, es que hoy amanecí muy sola, pero me siento bien, porque al fin y al cabo, soy la única que me comprende...

De mi libro: ¡Soy mejor que tú!

4
Me siento en un lugar así, soy un águila, el resto sólo son hojas secas, flores, ríos y cascadas...

5
Este por todos nosotros que vivimos siempre hambrientos de amor, pero el amor rebota ante nuestros ojos y no lo vemos, resplandece en otros, y creemos ser luz, aroma en el bosque, imaginamos que somos quienes perfumamos.
El amor es dulce y humilde como una flor y grandioso cual ruiseñor cantando en un gajo seco.

6
Si hay un mañana, esa promesa será contada hoy. Un mañana será hoy, un hoy siempre será un mañana, aunque no estemos para contarlo.

7
Amigos, así de verdad, que hayan pasado por mi vida y se hayan quedado: ¡sólo tú mamá!, unos van y otros vienen, pero tú siempre estás, y más ahora que te has ido, ¿para dónde?, hay un lugar llamado olvido, a donde penetran pequeñas gotas de rocío y abren sendas heridas en las rocas, es ahí en ese lugar a donde siempre están las joyas más brillantes y los versos más infinitos.
De aquí hasta donde estés, de este lugar hasta tu mirada, de aquí hasta tu sombra, en donde nos hallamos en el segundo de la poesía, y en el instante de la musa.

8
Imagina como John y todo será sonrisas, pero ese día no estaré por aquí para verles, será un irme despacio, entre las olas, en medio de ese suspirar fuerte, que me da aliento para mover mis alas a otro despertar...

9
Imagina todo lo que él soñó, también ahora lo sueño y lo sueñas tú.
10
Hay un ruido en medio del silencio que se llama poesía, más ella se ha quedado dormida en el corazón de una rosa.

11
Si puedo ver cada maravilla y contemplarte un poco más, ¿qué importa si el sol se muda?, ¿qué interesa, si cambia de lugar?

12
Un hermoso día, no importa lo que suceda, no se mudará el sol ni las palomas de mi alero...

13
Si al pobre le faltara el arroz, al rico le seguiría faltando amor, pero si al rico le sobrara amor, el arroz seguiría siendo bendito entre todos.

14
Nadie escuchará ésta melodía, me gustaría que todas las jaulas se abrieran hoy, que pudiéramos cantar ese himno a la libertad.

Siempre dije, que por mantener cautivas muchas aves, me hice prisionera con ellas. Pertenecen al bosque, al cielo, a mi ventana abierta...

Cierto día dije: ¡no más!, muchas no comprendían qué era ser libre y regresaron, al final, una pequeña ave gris se quedó conmigo, y un día cualquiera no sé qué pasó con ella, fue libre y me quedé con sus cadenas.

15
Me siento tan hermosamente sola, que me di cuenta que soy a la única que realmente debo amar, soy mi mejor compañía, jamás podría hacerme daño.
16
Abrir sus jaulas para que las aves se besen con el sol, es el gran anhelo de mi propia libertad.

17
Aunque parezca que todos los hilos se sueltan, no tengo miedo, porque una mano fuerte sostiene mi barca y una gran ola me acerca a tu orilla.

18
Pienso que debemos desaparecer, extinguirnos, para que la naturaleza sobreviva, ¡no es justo!, otra especie desaparece y continuamos aquí.

19
Me puedes dar mucho, éstos segundos son un tesoro, tus poemas valen más que joyas, y tus ojos negros son el aderezo para mi felicidad.
¿Qué más me puedes dar?


Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, diciembre 12/15






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