ESTARÉ AHÍ
(48)
Vestida de
escarlata para ti,
Con una
alfombra blanco y oro
Que acolchó
las sombras de mi bosque;
¡Para que
nada sea umbrío!, nada duela;
Y pueda
conversar asuntos de aves,
Cuestiones
de flores, contigo.
No será ahí,
será en un lago,
Donde dice
que nacieron sabios
Y bajo sus
aguas nadan delfines de colores
Que serán
rubor en mi rostro al verles,
Y temblor en
mi pecho al tocarte.
Pasará el
sol y reiremos mucho,
Correremos
con él para alcanzarlo
Y no habrá
nudos en la garganta,
Ni lágrimas
que nos hagan recordarlos.
Veremos que
ha salido la luna
Y el bosque
cobra vida, ¡no hay inquietud!
Esos ojos
que parecen luciérnagas,
Se han ido,
A iluminar
otro anochecer.
¡Amor!,
¡amor mío!
No sé a
quién escribo,
Ni para qué
me canso tanto
Si nada dices
a mi oído;
Si tus
canciones
Son letras
donde no está mi nombre.
Pero ahí, en
el momento del sol
Cuando sus
rayos aparezcan
Y pinten de
luces las praderas;
Siendo un
cervatillo asustado,
Hoja vencida
que de mi árbol cae,
Sólo ahí
estaré contigo,
Contando
nubes y bordando rocas
En nuestro
palacio.
Raquel Rueda
Bohórquez
Barranquilla,
diciembre 7/15
No hay comentarios:
Publicar un comentario