jueves, 19 de noviembre de 2015

SACANDO ESPINAS (30)

SACANDO ESPINAS (30)

Cierta vez, la Vieja Pacha fue joven, y de eso hace ¡auuuu!, salía muy bonita para su trabajo en un banco, con un traje blanco con pequeñas flores bordadas en el cuello, se estaban usando los pantalones enterizos, como ahora. Las modas van y vienen como las olas. Trabajaba muy cerca de ahí, pues vivía en casa de un señor a quien apreciaba mucho, y que todos le decíamos "Porritas". En éste hogar estuvo viviendo la vieja unos años, también sucedían cosas, pequeños ruidos, pero sentía enorme aprecio por estas personas.

Porritas falleció hace unos años, pero tuve la fortuna de verlo de nuevo y abrazarlo.

Camino al trabajo sale una camioneta cuatro puertas, de esas que usaban mucho esas personas que andan en negocios "raros", sentí su mala intención y esa energía pesada, sospeché lo que haría, pero no tuve tiempo de correr y me fui despacio, pegada de la pared, él también venía despacio en su carro, era joven, tal vez 25 o 30 años, luego, cuando estaba cerca de un gran charco sucio de alcantarilla, aceleró el vehículo y me empapó toda con esas aguas negras, sentí mucha ira y tristeza, en tanto él me miró y reía a carcajadas. Era la primera vez que veía a ese tipo y entonces maldije a ese hombre, ¿para qué digo que no?, le dije igual que al viejito que mató a mi perrita, ¡ojalá se muera, perro hijueputa!

Y se murió, al otro día recibo la noticia de que lo habían asesinado esa misma noche. Esto me consternó mucho, y es otra puntilla oxidada que va saliendo, en verdad que la palabra tiene poder.
Diosito perdóname, que éste hombre no haya muerto por mi culpa, y estoy aprendiendo a frenar mi bocaza, porque se siente horrible saber que una palabra puede significar demasiado, entonces debí limpiar mi rostro y correr a cambiarme, tenía suficientes trapos, esa broma me costó mucho remordimiento después, pero ahora no siento nada, no fue mi culpa, no me conocía y sin embargo me causó daño, falta ver qué deudas tenía y se las cobraron, así es la vida.

0 y van 2

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, noviembre 19/15



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