¿QUÉ NOS
QUEDA? [34]
Después de tanto amar,
¿qué nos queda?...
Un frío de mármol,
estatua en un cofre de madera
desteñido y frágil,
humeando pestes,
babeando sueños
entre gusanos gordos
que huelen a esos aromas
de la carne.
Se comió su belleza,
¡pero quedó desnuda su sonrisa!
/dijo el gusano que rodaba por su
frente
y buscó en su cuello reposo,
para ser del viento,
al batir de sus alas.
¿Qué ha quedado, después de todo?
Ni siquiera podemos atrapar los
sueños,
copiamos pensamientos cortos,
creemos que todo lo sabemos,
y el gusano, seguía recorriendo
huesos,
parecían espinas de pez
en medio del océano.
Apesta el mundo
y con él nos devoramos.
¡Carroña al fin y al cabo!
Y se multiplica la vida.
¡Qué bonito mueven sus alas!
Ayer se arrastraban,
¡quién lo creyera!
Alimenté a cada uno en
silencio,
despojaron de mí la verdad,
y se fueron…
Ni un moscardón verde me saludó
luego,
veían y pasaban,
pasaban sin mirar,
pero mi sonrisa
permaneció sobre todos ellos,
¡un largo tiempo!...
Hasta que la montaña se deshizo
y fui a parar al mar.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, octubre 20/15
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