EN LA
ESTEPA [23]
Soy una loba hambrienta de ti,
quiero carne para desnudar tus huesos
y que nazca en medio de tus ojos
un inmenso árbol que sombra me dé.
Soy una perversa, ¡oh qué corrupta
soy!
Día a día comulgo placeres, pienso en
ti,
imagino que riegas de tu amor sobre
mí
y luego lamo como una perra, toda la
mies,
para luego aullar a la luna y pedir
más de ti.
¡¡Auuuuu!!
¡Qué gran manjar es mi luna!
Quiero tocar un arpa en tu
pecho,
un piano en tu ombligo,
una orquesta en tu boca
con mi lengua como testigo.
Soy carne de tu carne, sangre de ti,
me pierdo en las dunas de tu corazón,
en las praderas de tu pecho,
para agonizar sin miedos
como hiedra
pegada de tu manzana de Adán.
Luego, una vez saciado mi apetito
entre llamaradas cantar con pájaros
oscuros
que tengan el color de tu piel,
siendo tú mi panal perseguido
entre vastos e inmensos
caminos,
de oveja gris que bala en medio de
lobos
hasta que al fin, en loba me
convertí,
para seguirte amando después de todo
hasta esa sonrisa bajo mis pies.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, octubre 22/15
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