Kevin viendo a su padre y primitos
DEL
AMOR [2]
Otra
vez quise hablar del amor,
el
mismo vicio que suena el ruiseñor
en
su garganta de oro y plata,
pues
entre un bosque de ocres alas
se
esconde lo sublime y perverso,
lo
mágico y sereno
del
rocío sobre la grama.
Tiemblan
otra vez mis labios,
¡es
que de pensarte me volví poeta!,
engarzada
cual pájaro herido entre zarzas,
pensando
otra vez
en
el colibrí de pico rojo
y
verdes alas.
Una
esmeralda fueron sus destellos
sombreando
mis paisajes pálidos
o
encendiendo la mirada,
al
arrimo cansado bajo un ciruelo,
de
un viejo descalzo y desnudo
ahuyentado
de su manada.
¡Oh amor!, tan dulce y lejano,
casi
que de sal se hicieron mis versos,
pero
en tu boca de artesano
un
toche armó nido, bordado con donaire,
y
florecieron rosas en verano,
perfumando
la tumba de un mochuelo.
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
octubre 31/15
No hay comentarios:
Publicar un comentario