ANOCHE 2
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De anoche
mis ojos que arden,
pegada de un clavo
me sentí herida.
De anoche,
espinas en mi carne,
un escozor
que desconocía.
De anoche
manos oscuras
que dañarme querían,
y al despertar de tal agonía,
un ángel en tu orilla
vio que moría,
y con sus garras
de filos que no dañan,
siendo providencia,
me permitieron
adivinar otro día.
Ver ésta imagen
borró una noche de pesadillas.
Alguien me agarró del cuello
y en un clavo en la pared
pendía mi cuerpo.
¡Cuántas rosas rojas!
¡Cuánto dolor!
Un oso ha salvado a un ave,
¿qué lo movería?
No fue el batir de sus alas
en un charco oscuro,
Fue su alma,
gimió casi en silencio,
suplicó por su vida
y el oso fue su ángel.
¡Quién lo creyera!
Todo esto vi,
no es mentira,
y al despertar,
¡luz!, y un nuevo día…
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, octubre 19/15
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