sábado, 19 de septiembre de 2015

COMO LADRONES [31]

 COMO LADRONES [31]

Un tipo enamorado de un celular, durmiendo en la sala, y una mujer que vigila cada uno de sus pasos.

Luego de dormir, y después de mirar sin ver, escuché un ruido, así como ese que hacen los ladrones cuando entran a tu casa, y se fue, seguro a donde comadre, certeza que a donde compadre, a llevar y traer pedazos de mi existencia y ponerlos a la mesa, para que se contenten diciendo: ¡ella es la responsable!, le faltó engañar, no tuvo agallas para ser mujer, ¡pobre vieja idiota!, en ese rincón se vence como una hoja seca, ahí en medio de pequeñas letras sin ver más allá de sus ojos, pues el amor negado, nadie sabe que despierta alas de colibrí en los ojos, y de cóndor en las manos...

¡Ay! si la boca sólo sirviera para besar, pero bendecimos éste día, esperamos un beso hurtado de éste destino raro, y el amor es primavera, una negra primavera con tu piel y tu mirada, y ahí me quedo, imaginando que el amor es un poder inmenso, sin tener manos nos tocamos, nos amamos, así, en el pensamiento, como locos, dementes tristes, que buscamos consuelo donde se encuentran las garzas, y se consumen en el cielo.

¿Ves que es malo juzgar a otros? ¡Dios estoy condenada!, pero mi condena es un círculo vicioso que no termino por romper, y aquí, como leona prisionera o pájaro en pequeña jaula, pido al cielo esa fuerza y poder, para reventar ataduras, y poder al fin, volar hacia mi libertad.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, septiembre 19/15


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