POR MIS DEDOS [61]
"Se ha escurrido el tiempo por la
rejilla de mis dedos, pero me queda otro día para estrellar mis ojos con tus
paisajes", palabras de mi hijo poeta, cuando se aleja lo que amamos,
tenemos que aceptar que fue lo mejor, porque hay decisiones mayores que nuestra
voluntad.
En el tiempo del Rey hasta el blanco que cubre la cima de las montañas
es perfecto para que duerma un sabio, y resucite bajo las heladas aguas una
esperanza.
Hoy es un día 10, una mujer 10 marchó a
buscar las tranquilas aguas de ese mar invisible y me dejó nadando entre sales
de mi dolor profundo.
Aceptando que la vida no es nuestra, y que
cuando nos duele un poco la carne, pensamos que el dolor no debe existir, pero
cuando deja de arder, olvidamos el dolor y deseamos de nuevo correr, cantar y
reír.
La cabellera de mi montaña favorita se ha
crecido, sé que se crecen los hilos de plata luego, pero más se creció en mi
corazón mi amor por ella, se fue con un bosque verde en sus ojos, mis joyas
preferidas, mi trocito de Dios que anima hasta en sueños, cada día de mi
existencia.
Por esto madre, ahora comprendo porqué razón
orabas tanto, era por nosotros y por todos los que te rodeaban, porque habías
entendido tu misión en la vida, acepto que te has ido en tiempo de Dios, y que
era tan fuerte el dolor de tu carne, que Él tuvo piedad de todos, y un día
perfecto, decidió que fueras rosa en su rosal o mariposa en el umbral de mis
sueños.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, agosto 10/15
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