ME GUSTARÍA 2 [58]
Me gustaría escribir un te quiero en tu boca, pero como nos distancia un
océano, lo escribiré en el viento que nos suspira y nos acerca, en la barca de
los sueños…
Me gustaría ser la piel de tu tambor para que me acariciaras con tus
dedos, y me tocaras con las líneas de tus manos, pero como no soy sino piel,
cierro los ojos y con el alma nos juntamos para sonar nuestra orquesta.
También ser la libélula de tu buena suerte, o el ave azul de tus montañas,
el nido donde guardan las perlas los jacintos en los cerros más empinados, y en
los árboles más fuertes, pero soy una pluma entre miles, un grano de arena en
el desierto, y debo conformarme con una letra de mi escaso diccionario, para
advertir que ayer tristezas fueron, hoy, blancos rosarios en otra aurora, donde
las flores se cultivan lejos de la mirada, y para ver su hermosura tenemos que
pagar.
Me gustaría voltear una roca y saber qué hay debajo de ella, o partirla
en dos y saber de qué color son sus lágrimas, más hay imposibles que la verdad
cultiva, y hay posibles que con la oración se logran, magia y suerte,
providencia y esquina, caminar y caminar dejando huellas que se borrarán con la
brisa, o se guardarán, para que el tiempo persiga su sombra y diga: por aquí
pasó una mujer que soñaba con un mundo mejor, pero sólo pasó, y no se dio
cuenta que el mundo sin Dios seguiría siendo la misma sombra sin luz, de un
ayer que persiguió el viento y tampoco lo pudo atrapar.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, agosto 10/15
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