ESPEJOS
[18]
También me regaló un don, y se llama
paciencia, ¿quién puede ver seres de otro mundo?, muchos nos tratan de locos, y
hasta se ríen en nuestra cara, pero en mi caso, sé que he vivido experiencias
paranormales, no sé por qué o para qué, estaba muy asustada, ¿será que los
demonios me persiguen?, pero el único demonio es un ser envidioso, una persona
que obra mal y se dice nuestro amigo, no hay oscuridad en mi casa, el terror me
hacía ver todo negro, luego se despejaron dudas, vi a mi hija muy blanca y
transparente recorrer de la cocina a su alcoba, y perderse dentro de un gran
espejo, luego una llamada, ¿qué es esto?, ¿podemos desplazarnos de un lugar a
otro para proteger nuestra vida?, ¡es real!, donde estaba había mucho ruido,
disparos que pasaban muy cerca, pero ella no estaba ni aquí ni allá, ¿quién me
explica esto tan raro?, ¿será que invento?, ¿será que es mentira que mi abuela
me habló en una ouija?, muchas cosas raras y portales abrimos, pero no se
puede deshacer nada, ahí estuvieron, oré por almas que estaban acorraladas en
un aposento, hubo un comentario de dos chicos asesinados en mi hogar cuando
antes, todo esto era un castillo.
Cierto día, mi casa estaba muy clara,
y el miedo se había esfumado, ya no encendían y apagaban los focos del cuarto
donde murió mi padre, ya no sentía que alguien se paraba frente a mí o que me
veía desde atrás, que me escondía las llaves, encendía y apagaba el
televisor, pero mientras contaba mis cosas, vi sus miradas de sospecha,
todo era burla, entonces pensé: ¿para qué cuento a gente incrédula mis vainas?,
pero de nuevo les decía, hasta que cierto día desperté a la vez con mi hija y
nos preguntamos: ¿sientes lo que siento ahora?, y nos dijimos ¡sí!... ¿qué
sientes?, luego casi a la vez: ¡el día está iluminado!, y el miedo se fue, ese
olor nauseabundo fue cambiado por perfume a rosas, ese sentimiento de soledad y
tristeza, se volvió un árbol cantor... se esfumaron un poco las peleas, se
arrancaron del brazo todos esos adornos entregados por brujas, se abrió una
pared, y la porquería se fue con un aguacero...
Qué maravilla saber que confiamos en
Dios, y que Él nos bendice cada segundo con un día más, para descubrir nuevos
resplandores en medio del caos...
¿Creo en brujas?, la peor brujería
que existe es la envidia malsana, el deseo de que otra persona no prospere, y a
costa de lo que sea, iniciamos a sembrar esa semilla pecaminosa de nuestro
interior, para poner a otros en nuestra contra y empalarnos vivos a ésta
existencia, donde vemos que a pesar de que luchamos, no podemos avanzar, sí
creo en esas fuerzas oscuras, pero me doblé para que llegara luz, y esa gente
perversa fuera diseminada como mala hierba, a un bosque donde no pudiera hacer
daño a los demás.
¿He ido a dónde brujas?, ¿para
qué me hago inocente?, alguien, un hermano me llevó a donde una señora que era vidente,
según él, pero cuando subía esas escaleras sentí mucho terror y salí de ese
sitio, otro día fue con una hermana, pero dije que nunca más, solo querían
ayudar, pero es de temor, son sitios muy horrorosos llenos de oscuridades
y miedos, de rincones con cabezas y cosas extrañas, ¡para nada me gustó eso!, y
menos una señora que decía saber mucho pero tenía la mano extendida para una
tarifa, detrás de todo esto siempre hay dinero, y ni un peso le daría a estas
personas por averiguar mi vida, pero sí quedó claro que acertó en algunas cosas
que de antemano sabía, porque al fin me senté y escuché, pero mi hermano fue
quien pagó.
Cierto día llegó de visita a donde
una de mis hermanas, una señora que decía tener contacto con la virgen María,
era una reunión que terminó en charla personal, todos entraban y salían, pues
dijo que nadie podía escuchar lo de los demás, cuando me tocó el turno, salía
una de mis hermanas, y lo que me dijo me impactó tanto, que inicié a llorar,
todo lo que me dijo se cumplió al pie de la letra, pero éste secreto se va
conmigo, abrí la biblia y sólo recuerdo unas palabras: “la víbora morderá tu
mano”, me dijo que esto era muy malo, que me rodeaba gente que era muy
envidiosa, y que perdería algunas de mis cosas, que estaba en gran peligro y
que ese mal llamado “envidia”, era como una maldición, que me querían sacar de
en medio a como diera lugar, y que no confiara en nadie, ¿cómo saben
nuestro futuro?, el resto de cosas que me dijo, y además advertida de que no
contara a nadie nada de lo que me había dicho, es secreto.
Ahora cuento un poquito nada más, no
me cobró un centavo pero sí me dio un gran abrazo.
Un espejo, ¿qué somos dentro de éste
espejo que es la vida?, mírame a los ojos y dime que miento, me gustaría que te
vieras y proclamaras cada mentira, que echaras al fuego tanta maldad, porque
pronto me iré, o nos iremos a un sitio sin regreso.
¿Me prestarías el espejo donde se ven
las mariposas?, ¡sí!, te presto mi alma para que te perfumes con ella, fue la
respuesta que salió, cuando descubrí que en mi jardín después de mucho tiempo,
había florecido un pequeño árbol, y su don se esparció por mi alameda.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, agosto 22/15
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