Gian
DOÑA PACHITA [64]
Doña Pacha amaneció muy deprimida hoy, hay cosas de cosas, un
matrimonio feroz, donde se castiga sin remedio a quien menos lo merece.
Le pregunto día a día qué sucede, pero no hay respuesta, no comprendo
ésta situación y tal vez muchas mujeres viven su historia de maltrato
psicológico tanto para ella, como para sus hijos, palabras como ¡no sirven para
una mierda!, ¡no hacen un culo!, ¡inservibles!, aparte de las palabras soeces
que dispara de su bocaza, parece un hombre lleno de odio cuando entra a casa,
para mí que lo tienen patas arriba con una vela quemándole el trasero, pues su
comportamiento va de mal en peor, y ante los demás es un bendito hombre, un
ángel de la guarda, la mala es la vieja Pachita.
Me
confesó Doña Pachita que no quiere vivir más ésta vida sin amor, que no recibe
sino maltrato, se perdió el respeto, y la vieja se desahoga escribiendo cartas
a sus hijos que jamás envía.
Tiene 3 hijos que han sido muy lastimados, ésta es una de las razones
por las que soporta, siempre dice: mañana, cuando consigan trabajo, mañana
cuando terminen sus estudios, mañana, mañana, y ese mañana parece una espada
que entra una y otra vez en sus mismas heridas, y con más saña, cada vez se revuelca en ellas, hasta picar en mil pedazos las tripas.
¿Por qué a mí?, hubo un error, se casaron sin amor, ni siquiera se pudo
cultivar, nacieron 3 flores que la vieja cuida con su vida y protege con la
misma, esperando tome la mejor decisión para todos y de una vez se vaya con su
vagabunda que tiene bien guardada, y arme rancho donde pueda al menos ser
feliz, porque lo que es aquí, no hay servicios, el candado está cerrado con
llave, y se esperan días mejores, un arroz blanco bendice mis pailas, dice mi
amiga en medio de una sonrisa, pero torna en aguacero cuando toco sus
manos, y me abrazo a ella, viéndonos en el mismo espejo que guarda mi alma
junto a la suya.
Si damos poco, y ese poco lo entregamos con odio, no hemos dado
realmente nada, Dios es nuestro proveedor, si pinta de colores las alas de los
pájaros, ¿por qué a nosotros no nos ha de pintar ese arco iris al revés en
nuestro rostro?, si entrega semillas a los pobres del cielo, ¿cómo acaso
creemos que para nosotros no hay algo mejor a la vuelta de la esquina?
¡Ya doña Pachita!, no quiero que sigas así, límpiate esas perlas y con
ellas fabricas un rosario, pero no sigas llevando ésta vida, ¡oraremos para que
se vaya el diablo, y con él sus seguidores!
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, agosto 7/15
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