AZULES COQUETOS [73]
No confíes en quien mucho te alaba,
sino en aquel que siempre está
y en silencio toma tu carga
para que puedas andar.
En quien siempre te ha levantado
y sin pronunciar palabra,
un temblor en la boca
delata tu propia angustia
y te anima a continuar...
sino en aquel que siempre está
y en silencio toma tu carga
para que puedas andar.
En quien siempre te ha levantado
y sin pronunciar palabra,
un temblor en la boca
delata tu propia angustia
y te anima a continuar...
No me pesa nada hoy,
ni tampoco nada pasa,
es que amanecí con una roca
ajustada en la garganta.
ni tampoco nada pasa,
es que amanecí con una roca
ajustada en la garganta.
Me he dado cuenta
que las flechas lanzadas
terminan hiriéndonos a nosotros.
que las flechas lanzadas
terminan hiriéndonos a nosotros.
El día está despejado,
trinan los canarios prisioneros más que ayer,
y un pentagrama se dibuja en el cielo,
¿Quién será el compositor que mueve mis manos?
A él todo lo mío, dueño de mis fantasías,
la canción con bonita voz que no tengo, pero que intento,
a él éste calor que me asiste,
y éste frío que cala mis huesos.
Sé que me espera un despertar
en medio de palmeras
y coquetos azules de mar,
un día de silencio supremo
cayendo cual hoja seca
que por el viento se deja llevar.
trinan los canarios prisioneros más que ayer,
y un pentagrama se dibuja en el cielo,
¿Quién será el compositor que mueve mis manos?
A él todo lo mío, dueño de mis fantasías,
la canción con bonita voz que no tengo, pero que intento,
a él éste calor que me asiste,
y éste frío que cala mis huesos.
Sé que me espera un despertar
en medio de palmeras
y coquetos azules de mar,
un día de silencio supremo
cayendo cual hoja seca
que por el viento se deja llevar.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, agosto 3/15
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