EN MIS SUEÑOS [42]
Luego de esa noche,
también seguí volando,
me sentí amada como ninguna,
mi poeta amor.
¿Soy el ave azul en tu mirada?
Si me lo dices ahora,
te contaré también
que sentí tus manos rozar mis cabellos,
que tu boca fue una con la mía;
te diré, que entre tanta soledad,
eres un regalo hermoso,
un verso en mí
para convertir en poesía.
también seguí volando,
me sentí amada como ninguna,
mi poeta amor.
¿Soy el ave azul en tu mirada?
Si me lo dices ahora,
te contaré también
que sentí tus manos rozar mis cabellos,
que tu boca fue una con la mía;
te diré, que entre tanta soledad,
eres un regalo hermoso,
un verso en mí
para convertir en poesía.
En tus ojos puedo
navegar sin temor,
jamás dirás nada que pueda herir,
en cambio yo, quiero desnudarme ante ti,
apagar la luz para que mis días sean noches,
con tan solo el fulgor de tus estrellas en mis ojos.
jamás dirás nada que pueda herir,
en cambio yo, quiero desnudarme ante ti,
apagar la luz para que mis días sean noches,
con tan solo el fulgor de tus estrellas en mis ojos.
Abrimos la cárcel de
los sueños,
un telón de oro despejó mis dudas,
volé hasta tu alcoba...
¿Ves acaso a esa pequeña luciérnaga
pegada de tu lámpara?,
esa luz es mi amor por ti,
tan pequeño,
pero tan lleno de inmensidad,
que sin verte
estás aquí;
y sin acariciarte
estás dentro de mí.
un telón de oro despejó mis dudas,
volé hasta tu alcoba...
¿Ves acaso a esa pequeña luciérnaga
pegada de tu lámpara?,
esa luz es mi amor por ti,
tan pequeño,
pero tan lleno de inmensidad,
que sin verte
estás aquí;
y sin acariciarte
estás dentro de mí.
Raquel Rueda
Bohórquez
Barranquilla, julio
17/15
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