domingo, 12 de julio de 2015

DOÑA PACHA Y SUS VAINAS [79]

DOÑA PACHA Y SUS VAINAS [79]

Pensando siempre un poco,
no tengo nada,
me adueño del paisaje en la mirada,
decido ser rica en un instante
en tanto se evapora mi café,
se queman las pastas
tocan fuerte a mi puerta,
casi  patadas que revientan
para que ese nudo atraviese mi garganta
con deseos de volar
para hallarte en la distancia.

Antes no me gustaba rimar nada,
me parecía una estupidez,
ahora rimo mi corazón con el tuyo,
te adivino en ese país tan hermoso,
pienso que se equivocó el destino,
pero luego recuerdo tus desaires,
después de tantos años
de compartir contigo.

Todo cambió, se vuelve osca la mirada,
no pasé de aquí, mucho trabajo,
se complicó la vida,
cuento los días y tengo las nalgas aplanchadas
en el mismo sillón que guarda mis fragancias,
y se queda con mis pensamientos.

¿Te digo que te amo?
¿De qué me serviría si tenemos historias aparte?

Suena la estufa, era verdad,
se ha quemado mi agua y  hay un olor,
es mentira que no huele a nada ese vapor,
parece un poco del mar de mis ojos
que se diluye en el viento
como mi propia vida,
en la soledad de mi aposento.

¡Qué idioteces escribe doña Pacha!
Creo que si toso me orino,
estoy envejeciendo.

¿Somos viejos a los 56?
van llegando los días,
pero soy bendita con más tiempo,
otros se van  sin divisar un paisaje
ni  ver el sol en las mañanas.

Muchos pasan tan veloz
que terminan viendo a la nada
al insolente paso de un tranvía,
antes de abrir la flor su primavera,
mucho antes de que te enteraras
¡que te quiero todavía!

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, julio 9/15

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