Bruno, perrito de mi hermano Alirio
BRUNO/Alirio Rueda [37]
Mi vigilante,
ese amor que nos llega
y se queda por siempre,
y se queda por siempre,
se ha perdido en
medio de un barzal de sombras
a las que él
perseguía con saña.
¿En dónde estás?
Una y otra vez mi
corazón le llama,
imaginando el suyo
como sonar de campana
con gentes del nada
que ver
que en su camino ha
topado.
Se fue quien alegraba
mis mañanas,
el dueño de las más
entrañables miradas de amor
y trocitos pequeños
de cielo a mi alrededor.
Bruno llegó cierto
día para quedarse;
nos atrapó su
dulzura, su fuerza de titan,
aunque cabía en mi
pecho su poquito de carne,
que se juntaba
haciendo eco
su gran corazón.
su gran corazón.
¿Hacia dónde vas?
Creí que tu destino
era mi casa,
verte regresar
cualquier día mi anhelo,
y saber que esas
sombras oscuras se disuelven
cuando tus ladridos
necios espanten
a quien mi casa
visita a escondidas.
Te espero, es seguro…
En el mismo rincón de
siempre,
juntas mis piernas
para sonreír contigo,
y tú, mirarme tan
solo;
contento por todo y nada,
mi amigo fiel y
querido.
Raquel Rueda
Bohórquez
Barranquilla, julio
18/15
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