BRISA 4
[29]
Impulso al
desvalido,
son de la montaña,
arpa del carpintero
bailando en el mar sus faldas
y en el pulmón suspiro
que aquieta mis semblanzas.
Manantial invisible;
amor, amor de paso,
vida que todo lo mueve
mientras extiendo los brazos.
Entre llamas hálito
que vuelve cenizas lo yerto,
para renovar a tu paso
las flores de mi huerto.
Dime mariposa:
¿Eres tú el Dios del universo?,
pero me antojo en que eres
inmaculada princesa
cuando la brisa cesa,
con igual beso,
siendo viento.
Pero llegas a mi boca
como un hombre,
son de la montaña,
arpa del carpintero
bailando en el mar sus faldas
y en el pulmón suspiro
que aquieta mis semblanzas.
Manantial invisible;
amor, amor de paso,
vida que todo lo mueve
mientras extiendo los brazos.
Entre llamas hálito
que vuelve cenizas lo yerto,
para renovar a tu paso
las flores de mi huerto.
Dime mariposa:
¿Eres tú el Dios del universo?,
pero me antojo en que eres
inmaculada princesa
cuando la brisa cesa,
con igual beso,
siendo viento.
Pero llegas a mi boca
como un hombre,
pareces
potrillo que se desboca
en agitados temblores
al paso de la gaviota,
sin miedo a la tormenta
que tal pasión provoca.
en agitados temblores
al paso de la gaviota,
sin miedo a la tormenta
que tal pasión provoca.
Barranquilla, septiembre 13/14
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