BOCADOS [48]
Recuerdo del ayer
esos bocados llenos
de amor y bondad
que en el camino de
regreso,
esperaban a papá.
¡Don Pedro!, ¡es para
agradecer un favor!,
y el viejo con su
cara de contento
doble paga siempre
recibía,
¡sin merecer tanto!,
nos decía.
Camino a casa, empedradas
lomas,
senderos de
herradura parecían;
cuestas y curvas
peligrosas,
pero él fue un
valiente,
quien osado se
defendía
de los malos tiempos.
Al llegar a casa,
gritos y abrazos:
Káiser a la puerta
vigilante,
German con sus
gritos: ¡papá mío!
Y todos en algarabía
recibiendo a éste
amor
que sólo irradiaba
felicidad
mucho antes que el
alba
despertar solía.
Raquel Rueda
Bohórquez
Barranquilla, julio
7/15
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