Miércoles,
20 de mayo de 2015
RUIDOS
[10]
Bastó
un ave, un grillo saltarín; fue suficiente la bruma pasando entre los árboles,
un aroma a flor para saber que estabas aquí... ¡bonito bailan mis ojos!,
hermoso un cantar en amarillo gajo...
Pasé
mis ojos para verte, pero entre más cerca más lejano, rubio muchacho de ojos
café, ¿hacia qué mundo has viajado?
Llega
la noche y otra vez, una gata recibe su castigo, un pájaro se enredó en su
garganta, ¿lo sabía acaso?, eso sucede cuando se caza sin hambre, y sin causa
se hace daño, y ahora, se queda un hueso atorado en su boca, fue leve el
blanquear de ojos y paró de cazar, ya era hora de un descanso, y en la
mía un beso se quedó en espera, cuando esa tarde esperé por ti en mi ventana.
Hay
un sentido para todo, acaba de llegar mi morenita, trae una sonrisa en su
redonda cara, y me recuerda también, que ayer lloraba porque no había estación,
y su labor mal paga le arrinconaba en mis mullidos brazos en el mismo rincón.
Hay
un ruido que me dice que te amo, porque al verte es como si un vencejo anidara
en mi corazón, pero siento celos de tus ojos que ven a la distancia, y no me
tocas con tus alas, ni me dices en mi propia ventana que también me amas.
Y
ahora, a dormir para pensar en ti, para creer en un mañana entre tus brazos,
ver otros ríos y otras cascadas, caminar de tu mano enamorada, ¿será que me
sucede?, ¡cuánto quisiera que mi amor correspondieras, y el destino de nuevo
nos juntara!
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
mayo 20/15
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