miércoles, 13 de mayo de 2015

PALABRITAS 130515

PALABRITAS 130515 

Mastiqué tanta rabia que terminé lleno de tristezas.
El Zorro

Iniciar un poema es tan solo descubrir la voz de una hoja
y repetir sus versos
al ser tocadas por la brisa.


¿A qué temes?, pero tengo miedo,
ese oculto miedo que vencerá mi carne
y deshojará mis huesos...

Cuando aparezca un editor serio que al menos crea en mi poesía y que asuma también gastos, me reiré de la vida.

A veces estamos como arañas, por pequeñas cosas disparamos, ha de ser que vivimos un mundo loco y cada quien siente el escozor de vivir entre semejantes tan poco parecidos, menos mal no vomitamos hilos, sino palabras, pero éstas pueden herir más que una espada, y atrapar más que una malla enredada en besitos y quimeras.

Si de parir se trata madre mía, pariste hasta tu corazón y desbordaste de tu poesía hasta ahogarme en tu llanto de versos, en aromas y flores convertidos.

El hombre se inventó las armas para matar, la mujer se abrió como una flor por ardor, el artista buscó pintura, el músico un sonido, y Dios inventa cada segundo un paisaje, para ver en qué momento contemplamos su obra, y averiguamos  la razón por la que estamos aquí, de pasajeros en una nave con destino incierto,  ahí descubrí que en verdad Dios es un poema sin final, pero con un principio claro.
Una ley para que una mujer pueda tener máximo 3 hijos, sería muy bueno para el planeta tierra y provechoso para los niños, por la calidad de vida que tendrían, digo, digo, y claro, castrar a los padres, para que no sigan por ahí regando semilla a topa y tolondra.

Despertando de una noche tan larga, y tan intensa como una pesadilla, pero al fin cantó la puerta y vi sus negros ojos, su rostro tenía una medio sonrisa, mi corazón un medio latido, un esbozo de vida que sonó al verlo, como bandada de pájaros que despiertan y levantan vuelo...

¡Qué vagos estamos hoy!
 Dijo el vendedor de sueños.
Pero un poeta le salió al encuentro
y le dijo: ¡coja oficio vago!,
-¿es grosería eso?, replicó el vago,
-¡ah!,  ¡entonces perdone si acaso le ofendí!
Repitió el vendedor de sueños.


Doña Aristocracia dijo un día, que hay personas que buscan lástima de otros, y a mí me dio lástima con ella, pues a veces juzgamos con látigo a otros, sin conocerlos, tampoco conocía a ésta señora, pero respetaba sus gritos y sus silencios.

En un camino desértico siempre hay bendición bajo una roca, eso lo he comprobado, su sombra es el reposo para el cansado, y bajo ella, seguro espera una serpiente un poco de contento, en tanto es amiga de un escorpión o un escarabajo.

Hay pequeñas cosas que no debemos hacer, sin importar el motivo, y son, entre muchas:

1  Negar la visita y compañía a un enfermo

2  Negar alimento a un amigo
3  Menospreciar a otra persona por orgullo
4  Negar un sueño
5  Pisotear otro sueño
6  Un abrazo a quien lo pide
7  Un beso a un hermano
8  Un apretón de mano sincero
9  Una mirada a una flor en el camino
10  Un perdón


Madre mía, ¡qué dulce eres!, haces brotar mis semillas, y luego, me regalas sus flores y frutos, de nuevo bendices mi bosque perdida en ti y amándote más que ayer.

Dijo don Aristóbulo: Me comí a Francisca, me comí a Juliana, me comí a Teresa, me comí a Fulana y merendé con Sultana, y Don Agustín mi padre respondió: ¡para qué habla mierda, las acabo de ver y están enteritas!

Doña Sabiduría recibió otra lección éste día: no confíes ni de tu sombra, porque cuando envejecemos, ella nos puede hacer caer.

¿Por qué será que somos buenos cuando nos necesitan?, ¿pero perversos, cuando dejamos de ser útiles?

La lengua es el arma más letal que existe, puede iniciar una guerra, pero también puede acabarla.

No busques amor donde no hay cabida sino para el odio, si levantas el rostro, sólo te puede castigar el sol, pero si lo agachas y doblas las rodillas, veremos a nuestra madre cálida y sencilla haciendo brotar una flor.

Madres divinas del planeta, sin importar su condición, la vida es un poema, un corto poema que termina en un tímido suspiro.

Pura demencia, creadores del mal, hombres contra hombres, seguro que sí, con hambre nos miraríamos con sospecha, pero crear bacterias y virus para matar, es cosa del maligno, y existe, se multiplica en esas mentes sucias, ¿por qué no se inventan cómo regresar la vida?, asunto de Dios es el bien, ¿qué hacemos con el cuarto de hora que se nos regaló?

Si matas para comer te puedes condenar, tiene un nombre castigador y severo, peor que un enemigo no buscado, pero que nos halla con esmero.

No es por su estatura que la pulga salta, sino porque con tu sangre basta.

De nuevo mi espejo advirtió que no me asuste mi propia sombra, porque hay otras tan invisibles y certeras, que nos matarían si quisieran.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, mayo 13/15






No hay comentarios:

Publicar un comentario