EL
MERIÑO [20]
Y
el pájaro entristecido
repite
su viejo son
aprendido
de lección,
de
sus padres y abuelos.
A
su bonita ve pasar,
¡ven
amor, quiero volar!
no
he cometido delito
pero
prisionero soy.
Y
canta con más intensidad,
¡ven
reina de mi corazón!
Desde
tu gajo moreno
repara
de mí este clamor.
Pero
cansada de esperar
su
dueña se alejó…
Había
un bosque mejor
y
otra avecilla cantó.
Al
paso de los días
en
oración él suplicó,
y
ella con más razón,
con
sus hijos regresó.
Canta
y canta el meriño
desde
su oscuro rincón,
esperando
en misma trampa
hallar
a su gran amor.
¡Saltan
y saltan!
¡Vuelan
y vuelan!…
Y
en una cárcel quedaron
sus
trinos y su pasión.
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
mayo 19/15
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