Viernes,
24 de abril de 2015
EN
LA LLANURA [22]
Pastando
en la llanura,
con
el apetito y la inclemencia del sol sobre mis ancas,
un
olor a macho brotaba de los cerros
¡airoso
relinchido se escuchó en la montaña!
¿Quién
eres alazán de negros ojos?
¿Sientes
la fragancia del mar al costado,
el
suspirar de las olas en las rocas,
la
voz del cantor en elevada rama?
Estaba
ausente del mundo
hasta
que levanté airosa el rostro
y
te vi arriba de la cuesta,
dominando
el sol con tu hermosura
y
el bosque con tu fuerza.
Una
polvareda al viento
cual
vendaval que se desata,
fue
mirar tus ojos en los míos
y
saber que en el mismo espejo
al
fin nos vimos.
¿Era
un lago?, tal vez no…
Culpable
fue la soledad del llano
y
un algo me hacía relinchar,
buscando
paz en el silencio, hallé fuego…
Flamas
encendieron la hoguera de mi piel
para
contigo quemar el pastizal.
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
marzo/15
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