sábado, 18 de abril de 2015

MIS PIEDRAS [36]

MIS PIEDRAS [36]

Hallé un trozo de mi suerte en el ámbar de tus ojos
bailando la luna para mí, globitos de cristal/ es real,
abriendo su boca entre perlados sueños
cual ostra en el mar.

Cornalina hallé en tu corazón
encendiéndose ante el fuero de nuestro amor
de Sadoine, de Santiago,
del cielo, ¡de las estrellas!
concedidos poderes para ti en mí.

Rodonita en tu piel de caramelo
cambiante solo a la caricia del viento
sin variar de su alma el interior.

Amante mío, rubí en la espesura de mi sangre
siendo fuego en la boca de un volcán.
Pestaña mía en el centro del sol
sin parpadear siquiera,
te declamo mi amor.

Y ella, me ha robado el ágata en sus ojos
cual musgo fresco prendido de sus rocas,
pequeñas laderas donde un girasol se provoca
pegando sueños de espinos
entre quimeras antiguas
y esperanzas de mañana.

En la turmalina rosa de su boca
un esposo bueno arregló todas sus penas;
a punta de besos y versos de risas,
de carcajadas al despuntar el día
y un poco de llanto al llegar la noche.

Y al fin, en la esmeralda
que como gota de aceite
pendía de sus ojos,
brotó cualquier día el manantial
quedándose en mi vida por siempre el mar,
siendo tú, la roca que aprieta mi garganta
haciendo mi carne de pasión temblar.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, febrero 24/15
Publicado por Raquel Rueda Bohórquez en 20:25




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