SEÑOR DESNUDO/A Benjamín Araujo [49]
A la sombra del
azul
Sin quebrar la
transparencia de tu aura,
Tocar el sol mi
anhelo
Al verte tan cerca
y tan lejano
Intocable y ajeno,
Como el brote de la
cascada
En lo alto de una
roca.
Heme aquí, el
universo mi pañuelo
Para escribir tu
nombre y el mío
Y que todos se
enteren,
Que en la boca de
un nevado
Nunca se extingue
el fuego.
Xinantecatl a ti de
nuevo
Que no respiren
profundo en tus laderas
Lluvia que cae al
azote del calor,
Jamás volverán oscura
Tu nívea cabellera.
Más ahora…
¿Qué persigo Señor
Desnudo?
A lo lejos, otra
vez cercano al cielo te dibujan
Plata y verdes al
paso del caminante
Que se arrodillan
tan solo
Ante tu mirar tan
puro.
Y mañana, cuando tu
interior se esfuerce
Oscura sangre serán
tus laderas,
Rojos encendidos,
boca de león
Anciano venerable,
Sabio que
calla y espera.
Momento propicio
para gritar
Un respiro al frío inclemente,
Para honrar con
lava hirviente
Lo duro de las
rocas,
Que bramarán como
león herido
Al bajar de la
cuesta veloces y altaneras,
Siendo lava para
adornar la montaña
Con rocas cantoras
y plañideras.
Y entonces, al huir
despavoridos
Se hallarán los que
ayer necios fueron
Quienes armaron
crucifijos en el suelo
Y mataron la vida
de los niños,
Honrando a la
muerte sin temor,
Mientras en tu lomo
fino de montaña
El Señor Desnudo
horrorizado
Cubría su rostro de
nuevo
Cual novia en la
puerta de una iglesia
Con su magma
simulando amor
En lo blanco de tu
cabellera.
Raquel Rueda
Bohórquez
Barranquilla, enero
12/15
®
10-491-97
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