INVISIBLE AMOR [111]
Mañana volverán los gorriones a ocupar mi
corazón con sus pequeños ruidos que serán campana, cuando te vea en medio de un
blanco bosque, y alimentes en mí, el sueño de seguir amando.
¿Te casarías conmigo virtualmente amor?, quiero
santificar mis ganas de ti, lo dijo la
gaviota, escuché el diálogo cuando pensaba en ti.
La libertad del alma me lleva a tus brazos
ahora, voy en medio de sus alas, sin melancólicos
recuerdos, y escucho que las rocas se hablan, se prometen amores eternos al beso ardiente de
las olas.
Si pudiera cantar así de bello, como
lo hacen ellas en vuelo, si colocar esa sonrisa de Louis en mi rostro
para cantar y decirte que la vida es el reto más bello de todos, y que el amor
es como un panal lleno de miel, para probar contigo un poco de felicidad, ¿será
que puedes?, pero sino... al menos queda un verso para dos... tú y yo en el
aire...
Una
sonrisa, divisando el sol cuando despide la tarde, con esos diáfanos destellos
que conmueven el alma, ¿será que puedes pensar que a la distancia el amor es
más puro?, pero soy una loca que ama lo intocable, y en versos necios repite un
amor que no tiene respuesta.
Lástima que el tiempo se va como agua entre los
dedos, pero me queda éste segundo para decir: te quiero, éste momento antes de cerrar los ojos adivinando
la providencia entre hilos de seda que nos besan en el viento, con el mirar
estrellado del cielo.
¿Será que se puede amar lo invisible?, porque si es así, estás aquí ahora, y duermes a mi lado,
como lo hace la luna con el mar y el sol con el lago.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, enero 30/15
10-491-97
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