10 ENERO/15 [35]
Un antes y
un después de un sueño maravilloso, en una cascada que inició siendo fría y
terminó muy tibia, en el sueño se dijo que el sol había recalentado la tierra,
y corrí apresurada pues quemaba la piel, y entonces pude ver las rocas al
descubierto de gran hermosura, se nos pidió doblar las rodillas, se nos ruega
sembrar y sembrar, árboles, amor...
En el
sueño vi que la gente está cambiando, que es la época de la poesía y que un
gran portal se abrió, para así volver las mentes claras y unir en pensamientos buenos
a la humanidad.
¡No te
vayas!, me pidió un hombre que se parecía a mí, pero me hablaba con un algo que
no comprendo, ¿sería con el pensamiento?, comprendía mi voz y yo la de él...
Antes del
cambio tendrán que ver lo que han hecho, y sus consecuencias, pero El
Extraterrestre mayor, la mente grande que abarca lo que eres, es poderoso y
clemente, es el amor en sí mismo, y no permitirá que la humanidad desaparezca,
pero antes ha de ver un cambio, tanto en los paisajes como en ustedes... así me
lo dijo, ¿estaré inventando?...
Mi hijo me
regaló un trocito de roca muy bella, el Chamán le dijo que era mi piedra y que
ella me entregaría sabiduría, la piedra lunar, y por aquello del amor, la he
dejado en las noches para que absorba la tibieza de la luna, entre sus rosados
pensamientos.
Anoche la
llevé a mi cuello acariciándola con inmenso cariño, ahí están los deseos de mi
hijo, y los míos, abarcando los sueños de todos.
Fue tan
hermoso dormir y soñar en otro estado... y recuerdo las palabras de Segismundo:
"en otro estado más lisonjero me vi", y es verdad, más allá de todo
está la inmensidad de nuevos llanos y
cascadas, ¿para qué temer al precipicio?... no existe, es tan solo otro cuento
de hadas, en medio de esa maraña que tenemos en la mente.
El hombre
se acercó, más no lo pude tocar, pero sí lo sentí... creo que utilizó a un ser
que amo para fabricar un alma, nuestro bebé cármico nació, y aunque no lo
crean, la roca lunar que había acomodado en mi cadena en el cuello, apareció
debajo de mi almohada... tal vez se desprendió en la noche, esto me causó
curiosidad, pero podemos acomodar el sueño a que algún movimiento la soltó, y
no trascender de ahí...
Unos
gritos escuché al amanecer, por aquí no se habla con dulzura, mi niña Caro
tocará las puertas del cielo, se ha ido a donde están los niños de blanco
caminando descalzos por la Sierra Nevada, y llegará reluciente, dorada como un
pequeño sol que pasará cerca de mi ventana con esa bonita sonrisa ¡hola mami!,
fue muy hermoso, estoy nueva, soy otra.
Mi
muchacho como siempre, sólo tiene un pentagrama que se pasea por su rostro, no
ve, no escucha mi voz, vive en su limbo como un ave en un bosque lleno de
metáforas y sueños preciosos.
Vero aún
duerme, espero que la noche le haya traído cosas buenas a su vida, mi preciosa
flor que no se acostumbra a la vida sin los que se van, le pasa como a mí somos
tercas, desde que el chico se fue a ese estado de alegrías y nos puede ver y
tocar cuando él desee, entonces nos decimos: ¡ya!, se fue tan lejos que hasta
lo podemos atrapar cuando pensemos en él, no debemos llorar más, porque me han
dicho en otra historia que no es mía, que mojaríamos sus plumas e impediríamos
su vuelo a ese mundo lleno de colores.
Música, me
dijeron, escucha todos los sonidos, más cuando traen voces, a veces nos
distraen, debes entretener tu mente en la sabiduría de tu árbol, y así
aprenderás a enseñar a otros... aprende del más humilde campesino, mira a sus
ojos y descubre esa mueca sonrisa, ¿buscas
la felicidad?, ¡sólo en ti la hallarás necia!, y en esas personas que crees
infelices, ellos saben más que todos los que comen letras, debes comer del
alimento que te entrego en el viento...
Y
desapareció…estoy aquí abriendo los ojos a un nuevo y maravilloso día, vivir
otro instante, amar otro segundo... ¿será que estoy aprendiendo algo?
No cuentes
los años ni los días, ellos no existen, sólo es otra metáfora, otra historia
para que dejes en mi blanca sábana.
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
enero 10/15
®
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