Otras veces como ahora, también me he sentido
igual, como si un algo le faltara a mi fuente, un gorrión anidando en el rincón
del tiempo, una golondrina de paso cantando en cualquier camino.
Es raro sentirme como ahora, ¿será que llamamos a la tristeza?, o puede ser que
ella nos persigue, para que aprendamos que la vida es un disfraz tan solo, y el
espejo de un lago, es el cristal en donde se puede pintar el cielo.
Tengo esa sensación de hambre vieja, de la que duelen las tripas y queremos
deshacerles, están hechas nudo y ni el vómito permiten, pero hoy es el último
día de un año, ¿o será el inicio de una primavera?
La historia de la Nena terminó en medio de agónicos chillidos que me doblaban
en dos, y entonces vienen de nuevo viejos recuerdos de otros niños que
estuvieron con sus ojos pendientes de los míos, un Káiser, Sarita la de la
imagen, Cuky la Pomerania que me robaron, la otra que mató un dragón, las
tantas que han ido y venido por caprichos de una loca que dice amar a los
animales, y ha convertido su vida en una esclavitud, más pienso del amor de
humanos recibido y me doy cuenta que ellos aun multiplicando sus amores, me han
amado más, y sacando a mis padres porque ellos fueron los creadores del vicio,
mi viejo con una escopeta para traer carne a casa, y mi madre llenando nuestro
mundo con su cantar, como una mirla gris que a pesar de todo, del crudo
invierno o del verano, se sometía al trajín diario, a la pobreza de cosas, y
ante todo, se sometió a la voluntad de Dios, cantando, siempre cantando.
¿Y en dónde está Dios?, soy una pobre idiota que se la pasa pensando y
pensando, y no duerme, mis días parecen más largos que los de otros, pero es
que el tiempo no cuenta, mi calendario se quiere quedar pegado de mis cabellos
blancos, y todos se dan cuenta que mi limbo es la prisión del amor, y que tal
vez en búsqueda de sus dones limpios y puros, mi casa es mi cárcel, y mi
prisión más llena de luz, son los ojos de mis ángeles que se someten a estar a
nuestro lado porque no tienen opción.
¿Y mis hijos?, ellos reclaman, dicen que los amo más a ellos, es mentira, ¿qué
madre no ama a sus hijos?, ellos me enseñaron que el amor no tiene condición, y
nos escogimos en el camino como la bendición más grata, y la cadena más
irrompible, en un sendero donde los espinos y las rocas llegaron para quedarse,
pero inicia el abrir de otra puerta para dejar el ayer que nos duele, y darnos
cuenta que la vida sigue, a pesar de tanto muerto en el camino, de tanto avión
perdido y de tantos hombres acabando con el planeta.
¡Y dale con la muerte!, ¿por qué nos asustamos?, es que deseo acostumbrarme a
ella, para que no me duela tanto la vida.
Un feliz año, una sonrisa que abarque todo el corazón, una mirada que cubra
todo lo que hay afuera y adentro de otros corazones, y otros ojos que no
caminan ni ven la luz ni el color como nosotros, porque ellos son la luz
y el color, la alegría; y el saber que sin nuestros ángeles en el
planeta, el amor sería como lanzar una cometa en medio de un juego cruzado de
balas.
¿Qué sería un despertar sin el trino de las aves, sin las hormigas pasando de
aquí para allá con sus cargas, felices y radiantes enseñándonos la tarea de
bendecir y arar la tierra?
Nada sería de nosotros sin nuestros ángeles alrededor, y nos creemos tan
vanidosos, nos creemos dueños del mundo, y en ésta locura estamos acabando con
todo lo que se mueve, de lado a lado del camino, con nuestros dragones
impacientes que no aprendieron a ponerle freno a la locura para que ellos pasen
del otro lado, ¡haced la venia mensajeros!, ¡hacedle la venia a la vida, porque
la muerte vendrá por ti, cuando más feliz estés, pero que llegue, ¿podemos
escoger?
¡Que el nuevo año nos traiga más que cosas, salud, amor y paz!, ¿quién desea
algo más si tenemos lo importante? Pero es triste para muchos despedir el año
con un ángel en una bolsa negra, espero el Serbio no la abandone en el camino,
pues ella estará en el altar donde reposan mis ángeles, cerca de la Virgen del
Carmen, donde florecen esperanzas de un bosque para un mañana incierto, cuando
pase a manos de otros.
Raquel Rueda Bohórquez
30-12-14
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