martes, 30 de diciembre de 2014

OTRAS VECES (1131)R

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OTRAS VECES (1131) r

Otras veces como ahora, también me he sentido igual, como si un algo le faltara a mi fuente, un gorrión anidando en el rincón del tiempo, una golondrina de paso cantando en cualquier camino.

Es raro sentirme como ahora, ¿será que llamamos a la tristeza?, o puede ser que ella nos persigue, para que aprendamos que la vida es un disfraz tan solo, y el espejo de un lago, es el cristal  en donde se puede pintar el cielo.

Tengo esa sensación de hambre vieja, de la que duelen las tripas y queremos deshacerles, están hechas nudo y ni el vómito permiten, pero hoy es el último día de un año, ¿o será el inicio de una primavera?

La historia de la Nena terminó en medio de agónicos chillidos que me doblaban en dos, y entonces vienen de nuevo viejos recuerdos de otros niños que estuvieron con sus ojos pendientes de los míos, un Káiser, Sarita la de la imagen, Cuky la Pomerania que me robaron, la otra que mató un dragón, las tantas que han ido y venido por caprichos de una loca que dice amar a los animales, y ha convertido su vida en una esclavitud, más pienso del amor de humanos recibido y me doy cuenta que ellos aun multiplicando sus amores, me han amado más, y sacando a mis padres porque ellos fueron los creadores del vicio, mi viejo con una escopeta para traer carne a casa, y mi madre llenando nuestro mundo con su cantar, como una mirla gris que a pesar de todo, del crudo invierno o del verano, se sometía al trajín diario, a la pobreza de cosas, y ante todo, se sometió a la voluntad de Dios, cantando, siempre cantando.

¿Y en dónde está Dios?, soy una pobre idiota que se la pasa pensando y pensando, y no duerme, mis días parecen más largos que los de otros, pero es que el tiempo no cuenta, mi calendario se quiere quedar pegado de mis cabellos blancos, y todos se dan cuenta que mi limbo es la prisión del amor, y que tal vez en búsqueda de sus dones limpios y puros, mi casa es mi cárcel, y mi prisión más llena de luz, son los ojos de mis ángeles que se someten a estar a nuestro lado porque no tienen opción.

¿Y mis hijos?, ellos reclaman, dicen que los amo más a ellos, es mentira, ¿qué madre no ama a sus hijos?, ellos me enseñaron que el amor no tiene condición, y nos escogimos en el camino como la bendición más grata, y la cadena más irrompible, en un sendero donde los espinos y las rocas llegaron para quedarse, pero inicia el abrir de otra puerta para dejar el ayer que nos duele, y darnos cuenta que la vida sigue, a pesar de tanto muerto en el camino, de tanto avión perdido y de tantos hombres acabando con el planeta.

¡Y dale con la muerte!, ¿por qué nos asustamos?, es que deseo acostumbrarme a ella, para que no me duela tanto la vida.

Un feliz año, una sonrisa que abarque todo el corazón, una mirada que cubra todo lo que hay afuera y adentro de otros corazones, y otros ojos que no caminan ni ven la luz  ni el color como nosotros, porque ellos son la luz y el color, la alegría;  y el saber que sin nuestros ángeles en el planeta, el amor sería como lanzar una cometa en medio de un juego cruzado de balas.

¿Qué sería un despertar sin el trino de las aves, sin las hormigas pasando de aquí para allá con sus cargas, felices y radiantes enseñándonos la tarea de bendecir  y arar la tierra?

Nada sería de nosotros sin nuestros ángeles alrededor, y nos creemos tan vanidosos, nos creemos dueños del mundo, y en ésta locura estamos acabando con todo lo que se mueve, de lado a lado del camino, con nuestros dragones impacientes que no aprendieron a ponerle freno a la locura para que ellos pasen del otro lado, ¡haced la venia mensajeros!, ¡hacedle la venia a la vida, porque la muerte vendrá por ti, cuando más feliz estés, pero que llegue, ¿podemos escoger?

¡Que el nuevo año nos traiga más que cosas, salud, amor y paz!, ¿quién desea algo más si tenemos lo importante? Pero es triste para muchos despedir el año con un ángel en una bolsa negra, espero el Serbio no la abandone en el camino, pues ella estará en el altar donde reposan mis ángeles, cerca de la Virgen del Carmen, donde florecen esperanzas de un bosque para un mañana incierto, cuando pase a manos de otros.

Raquel Rueda Bohórquez 
30-12-14




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